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🚨 Aprenda estas habilidades a prueba de IA si quiere estar en el top 1%
Va a ganar más que con una “carrera bien pagada”.
El error de dinero más grande que veo es gente buscando “carreras bien pagadas” en las que no tienen pasión.
La clave no es eso. La clave es volverse top 1% en algo.
Como sociedad esperamos que los jóvenes de 16-18 años ya lo tengan todo claro. Obvio que no.
Lo único que han aprendido a esa edad es a copiar a sus padres, maestros y amigos.
No han aprendido a aprender.
No han aprendido a pensar.
Ni a crear sus propias metas.
Después los mandamos a la universidad para que se hundan en libros… y nunca aprendan nada, porque la educación real viene de hacer, no de estudiar.
Así terminan siguiendo el camino de ser doctor, abogado o la siguiente “carrera mejor pagada” que vieron en Google antes de aplicar a un par de universidades.
Luego entran al mundo laboral.
Compiten con las masas.
Y un día despiertan a los 40, con crisis de media vida, intentando recuperar el tiempo perdido.
En cambio, algo que he visto en la gente realmente exitosa es que tuvieron una crisis temprano.
Se dieron cuenta de que el sistema educativo existe para moldear mentes obedientes. Igual que los partidos políticos y los corporativos con sus “misiones”.
Se asquearon de la idea de acabar como todos.
Y ahí decidieron tomar control:
Salirse de la estructura
Crear sus propias reglas
Encontrar un camino único
Descubrir que la educación real es explorar, no memorizar
Se hicieron top 1% en la intersección de sus intereses.
Aprendieron las habilidades para depender de sí mismos.
Ganaron 2x, 5x, hasta 10x más que las “carreras top” que promociona la sociedad.
Y ahora, con la IA, crear tu propio camino cada día es menos opcional.
Si quiere descubrir en qué es bueno, qué habilidades le dan independencia y cómo convertir eso en ingresos fuera de lo común, este mensaje es para usted.
Cómo descubrir en qué eres bueno
El error más grande no es equivocarse, es no intentarlo.
La mayoría piensa en su futuro 30 segundos, hasta que llega el próximo golpe de dopamina.
Llegan a la conclusión de que “no saben qué quieren hacer con su vida” y se ponen esa etiqueta para siempre.
Eso se vuelve su respuesta automática, y dejan de pensar en lo único que deberían pensar todos los días.
Todo lo que vale la pena nace de dirigir tu propia vida.
El proceso es simple:
Escoges una meta que crees que puede mejorar tu vida o que te parece interesante.
Le dedicas energía. Vives, piensas y actúas en función de esa meta.
Con esa experiencia, ajustas. Refinas. Te das cuenta de lo que de verdad te mueve.
Y repites.
No llegas a un destino final. Necesitas 5-10 ciclos, en 3-5 años, solo para empezar a sentir que vas en la dirección correcta. Pero incluso ahí, nunca dejas de experimentar.
Así funciona cualquier sistema inteligente: prueba, acción, error, corrección, ajuste.
Sin eso, no hay inteligencia.
Cuando tienes hambre, comes.
Cuando te pierdes en Waze, recalcula la ruta.
Cuando tu celular se queda sin batería, lo cargas.
Y descubrir en qué eres bueno no es distinto. Es un proceso de corrección de errores: probar, comparar, ajustar, repetir.
Sin dejar que la frustración te devuelva al camino predeterminado.
“La verdadera prueba de inteligencia es conseguir lo que quieres de la vida.”
El problema es que desde niños nos condicionan a perseguir metas muy pequenas: escuela, trabajo, retiro. Una vida sin espacio para fallar.
Como correr una maratón… cuando ni siquiera quieres correr.
Yo mismo no descubrí lo mío de un golpe. Nunca pensé que me iba a apasionar tanto la IA, el marketing y la tecnología. Y seguro cambiará otra vez con el tiempo.
Probé todos los modelos de negocio online que existen. Fallé en muchos. Pero cada intento me dio experiencia.
Y en lugar de verlo como el final, lo usé como laboratorio. Ese tiempo me dio espacio para experimentar más rápido.
Abrí redes sociales, empecé a crear contenido y hoy tengo millones de seguidores en diferentes plataformas. Hablé de Inteligencia Artificial, de negocios, mareketing, etc.
Lancé productos, entrenamientos y proyectos hasta que encontré mi verdadera habilidad.
¿Quién hubiera imaginado que podía vivir bien de eso?
Eso no te lo da un título.
Eso solo se logra con prueba y error.
Y además, necesitas construir un conjunto de habilidades en el camino.
Esas habilidades no las enseñan en ninguna universidad, porque va contra el objetivo del sistema: mantenerte adentro para sacarte provecho.
El conjunto de habilidades del top 1%
Los únicos que de verdad están preocupados por la IA son los que hacen un trabajo que parece de máquina.
Una máquina recibe una tarea. Su único propósito es completarla. Igual que un esclavo. Y aunque a muchos les moleste, esa es la verdad: la definición de máquina está muy cerca de la de esclavo.
Ese es el problema. El sistema educativo actual se diseñó para crear trabajadores obedientes.
Antes a los esclavos se les enseñaba a sembrar trigo o a pastorear ovejas. Hoy te enseñan a ser “empleado útil”.
Si obedeces, premio. Si no, castigo. Nunca corriges tus propios errores, solo te moldean a punta de recompensas y sanciones.
La diferencia entre humano y máquina es simple: alguien libre actúa desde sus intereses, prueba cosas nuevas y se educa en el proceso. Aprende a pensar, a aprender, a vivir y a ganar.
Para estar en el top 1% en lo que solo tú puedes hacer, no basta con habilidades “de una carrera tradicional universitaria”. Necesitas lo que Devon Eriksen llama las artes liberadoras:
Lógica: cómo sacar verdad de hechos conocidos
Estadística: cómo entender qué significan los datos
Retórica: cómo persuadir y detectar persuasión
Investigación: cómo encontrar info de un tema nuevo
Psicología práctica: cómo leer las verdaderas intenciones de la gente
Inversión: cómo cuidar y crecer tus activos
Agencia: cómo decidir y actuar sin esperar permiso
Yo le sumo una más: tolerancia al riesgo. Porque la riqueza siempre está al otro lado de la incertidumbre.
Un 9-5 es “seguro”. Negocios, inversión y lo que se sale de la masa… no lo son. Y ahí está el oro.
¿Cómo aprendes estas habilidades?
Eliges un vehículo.
Para la mayoría, ese vehículo es el emprendimiento.
Y sí, ya sé lo que piensas: “No todos quieren ser emprendedores”.
Lo que en realidad pasa es que no quieres pasar por la incomodidad de descubrir la oportunidad.
Piensas que duele. Y sí, duele. Pero lo mejor de la vida está del otro lado de ese dolor.
El concepto moderno de “trabajo” (empleo asalariado) es reciente.
Llegó con la Revolución Industrial. Antes la gente era granjera, artesana o aprendiz. Se dirigían solos.
Tu cerebro está diseñado para cazar. Hoy “el negocio” es la nueva cacería. No cazas comida, cazas oportunidades.
Y con la IA quitándonos lo que odiamos hacer, la gente inteligente verá la chance de dedicarse a lo que de verdad está hecha para hacer.
Último punto: ser emprendedor no significa crear la próxima empresa billonaria.
Puede ser algo tan simple como un negocio de $2,000/mes que te permite escoger en qué trabajas. Eso es lo que hace que la vida valga la pena: dirigir tu propio trabajo.
Cómo vivir de lo que eres bueno
“Ivan, hay mucha gente que es top 1% en lo que hace y aun así gana muy poco.”
Correcto. Les falta una pieza clave: la búsqueda de la excelencia.
Si esas personas (1) fueran conscientes de la oportunidad de ganar más y (2) actuaran sin pedir permiso, aprenderían más que solo “lo que se les da bien”.
Empezarían a aprender habilidades que generan dinero y apalancamiento. Escogerían el vehículo correcto para lo que ya saben hacer.
Hoy, con toda la locura de la tecnología, hay varios caminos para alguien que quiere descubrir de qué está hecho:
1. Únete a una startup.
El ritmo es rápido, la agencia es alta. Aunque seas empleado (y no fundador), te obligan a pensar como emprendedor. Tienes que dar resultados sin que te digan cada paso, y muchas veces te recompensan por eso. Además, puedes negociar equity.
2. Construye lo tuyo.
Internet permite que el top 1% suba a la cima, incluso en temas rarísimos. Pero solo si entiendes cómo internet cambió todo.
Antes, los activos eran tradicionales: arte, vinos, relojes, bienes raíces, acciones, commodities. Se necesitaba capital, contactos y estar en el lugar correcto.
Hoy existen los activos digitales. Y cualquiera con internet puede crearlos:
Media → contenido + audiencia
Data → clientes + retroalimentación
Code → software + productos digitales
Mi opinión (y la de muchos): incluso si eres top 1%, la progresión más lógica es esta:
Prioriza media → crea contenido. Si escribes, usa un blog o newsletter. Si prefieres audio o video, abre un canal. Si tienes capital, delega.
Lanza un servicio → freelance, coaching o consultoría en tu tema. Cobras más, trabajas con pocos clientes y no necesitas una audiencia gigante.
Productiza tu servicio → sistema con equipo o producto de información que enseñe tu proceso. Cuando crece tu audiencia, esto se vuelve más escalable.
Persigue la incertidumbre → software, producto físico, inversiones grandes. Para este punto ya puedes autofinanciarte.
Si estás leyendo esto, lo más probable es que estés en los pasos 1 y 2. Olvídate de lo demás, de momento.
La gente sigue subestimando brutalmente la marca personal y la distribución en redes sociales.
Construir una audiencia es la habilidad más valiosa que puedes aprender. Porque a esa audiencia le puedes pegar cualquier modelo de negocio y va a crecer, si sabes lo que haces.
O puedes usar esa audiencia para entrar a una startup, trabajar como aprendiz con alguien top o asociarte con alguien que tenga lo que tú no, como cuando un creador se junta con un programador y viceversa.
Tu cuenta en redes es tu CV público. Puedes dejar tu currículum en una pila de miles, o puedes publicar contenido que muestre tu carácter y tu expertise.
Armar una audiencia alrededor de tus intereses y convertirla en negocio es el vehículo más práctico para adquirir las habilidades liberadoras.
Sé que ya suena repetido, y que estás cansado de escuchar lo mismo, pero esa gente realmente está en la punta de la ola. Si te vuelves cínico, pierdes.
Entonces, ¿cómo empiezas?
Empiezas. Punto.
Aprendes haciendo, no memorizando. Si tienes que memorizar, estás aprendiendo lo incorrecto.
Pon metas iniciales claras:
$1,000
1,000 seguidores
Si no mueves la aguja cada día, haz esto:
Investiga un proceso probado. Google o YouTube. (No ChatGPT para esto, te da basura genérica. Busca a personas que ya lograron resultados).
Experimenta. Aplica técnicas y tácticas en el momento. Construir una audiencia te permite aplicar todo al instante. Esa es la clave.
Detecta patrones. Qué funciona, qué se repite en distintas enseñanzas. Duplica en eso. Acabas de aprender sin estudiar eternamente.
Crea tu propio proceso. Ajusta esos principios a tu vida y contexto.
No necesitas “aprender redes sociales”, ni email marketing, ni ventas, ni nada de eso de memoria. Necesitas ponerte una meta, investigar cómo lograrla y duplicar lo que funciona.
Si no logras hacer tus primeros dólares en 30 días, estás haciendo lo incorrecto. En ese punto, tu problema no es el modelo de negocio… son tus emociones y tu enfoque. Resuelve eso.
Gracias por leer.
– Ivan
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